Teoria Curricular para el 2009

miércoles, 11 de noviembre de 2009
Por: Yaroslav Leal Gallegos

Esta mañana se levantó Juan, desayunó su cereal favorito, el que tiene en la caja la imagen de su personaje de televisión favorito, un héroe de una serie animada de acción. El, su mamá y su hermana tomaron el trasporte público en el cual, la radiodifusora local programa las canciones que a su mamá le gustan, las de los intérpretes que han participado en especie de concurso televisado de canto. En la escuela durante el recreo, Lupita, le hermana de Juan fue a la cooperativa escolar, ahí eligió comprar una marca de chicles que en la envoltura tiene la imagen de unas princesa.

Los niños, al igual que los adultos, los adolescentes y las personas de la tercera edad estamos constantemente expuestos a una serie de bombardeos de información que muy difícilmente podemos “digerir”, solamente la “tragamos”. Es muy difícil detenernos a pensar que es lo que vemos en los anuncios espectaculares, los anuncios de la televisión, en los aparadores, lo que escuchamos en la radio.

Sin darnos cuenta seguimos conductas que han sido sembradas en nosotros de distintas formas y muy posiblemente, hasta nosotros mismos, hemos ayudado a regar la semilla que ha sido sembrada en otras personas con las cuales convivimos. Esto puede verse al adentrarnos un poco en las conductas que los niños presentan dentro de las escuelas.

Existe una variedad de discriminación, inconsciente dentro de las escuelas, cuando un grupo de niños excluyen a los compañeros que no tiene el juguete de moda. Sería imposible jugar al futbol sin una pelota. Pero en un juego donde cada jugador ocupa una pelota, quien preside de ella, no puede jugar. Esto pasa con los juegos de tarjetas, “tasos”, hasta los juegos en línea por medio del internet. Son un ejemplo de actividades que se producen solo si has tenido la posibilidad de adquirir un producto o servició ajeno y directamente ligado a la vez, con el juego.

Por ejemplo, no debería ser necesario adquirir unas frituras para jugar con unos discos de plástico, pero al encontrar estos discos dentro del empaque de las frituras, es imposible.

Si el niño tiene la posibilidad, no dudara y comprara el producto que contenga la estampa, muñeco o cualquier cosa que la sociedad tenga por moda.

Seguramente en un futuro este niño estará acostumbrado a buscar satisfacer estas “falsas necesidades” creadas por la mercadotecnia. Intentara librarse de la presión ejercida por la televisión, la familia, la iglesia, las autoridades civiles, etc.

Y es muy difícil tratar de luchar contra estas conductas tan comunes en la sociedad actual. El primer punto en contra que se tiene en esta lucha tan dispar es la falta de conciencia que se tiene.

No nos damos cuenta que de manera involuntaria seguimos una ideología que nos orilla a estas conductas consumistas. Nadie nos dijo que los grandes capitales querían que compráramos ese automovil, que usáramos esa marca de calzado, o eligiéramos beber esa cerveza. Pero como menciona Freud en El malestar de la cultura estas decisiones fueron tomadas cumpliendo con “el deseo del otro”.

Otra dificulta con la que nos encontramos al tratar de disminuir estas conductas es derivada de la anterior. Esta dificultad es la desresponsavilización. Esta abarca varios actores sociales y es creada por varios medios.

Unos de los actores sociales que han devengado responsabilidades, son los padres de familia. Por situaciones que algunos entendemos como consecuencia de “la vida actual” o como la llama Zygmunt Bauman “modernidad liquida” las familias otorgan al televisor o al internen facultades educativas y de recreo que anteriormente hubieran correspondido a los miembros de la familia.

Los maestros también has sufrido de esta eliminación de facultades y responsabilidades, la desprofesionalización del magisterio es una herramienta que ha servido para quitar atribuciones a los cuerpos docente y colegiados escolares.

Estas desacreditaciones son producto de las mismas fuentes que acosaban a los niños, como anteriormente fue mencionado.

Los medios masivos de comunicación son una fuerte influencia para todos los miembros de la sociedad. Y si ellos dicen que los maestros de escuela no están capacitados para tomar decisiones con respecto a la educación de la infancia, o que, los padres de familia cuentan con herramientas muy útiles para la formación de sus hijos, como los programas te televisión o el internen. Seguramente habrá quien los escuche, y si le repiten constantemente tal vez empecemos a creerlo. Pero cuando el asedio de estas ideas es constante, cuando hasta los telediarios, que la gente creé imparciales, se encargan de desacreditar a padres y maestros, pues terminamos creyéndolo e incluso justificándolo.

Desafortunadamente no son solamente los medios masivos de comunicación los que se encargan de fomentar estas conductas en las cuales seguimos ideologías creadas por los intereses económicos mundiales.
La escuela cumple casi perfectamente con su papel como un instrumento de control y desarrollo de esta “falsa conciencia”, llamada por Marx, en El capital, estas ideologías que seguimos sin cuestionar, debido a que no somos consciente de que las tenemos.

Este es el papel de los currículos dictados por las autoridades educativas.

En las escuelas se sigue una secuencia de contenidos justificados por las “necesidades sociales”, pero muy aparte de esta serie de contenidos manejados dentro de las instituciones educativas esta el “currículum oculto”.

El currículum oculto sin estar ligado directamente a los contenidos, es quien se encarga, a grandes rasgos, de crear patrones de conducta. Los cuales serán útiles para desenvolvernos es una sociedad diseñada por los grandes capitales internacionales.

Los niños levantan su mano para pedir la palabra, “así todos nos entendemos”, así aprenden a respetar a las autoridades. Los niños son premiados por llegar a tiempo a la escuela, “desarrollan el valor de la puntualidad”, y no llegarán tarde al trabajo, serán más productivos. En la escuela se respeta un reglamento, de esta manera cumplirán con las normas de la empresa que los contratará. Estas y muchas situaciones más colaboran en la formación de entes productivos, en seres que crearan riqueza.

Pero, si es la escuela una herramienta tan importante para este fin, es debido a que tiene el poder de influir de una manera muy notable. 22.5 horas a la semana dentro de una escuela primaria pública del país, es mucho tiempo comparado con el que se destina a otras actividades por parte de los niños.

Es entones que al igual que puede influir en la creación de mentes consumista y sumisas, la escuela puede llegar a ser un agente de cambio en una sociedad.

Al eliminar estas “falsa conciencia” dentro de los cuerpos docentes de las escuelas. Es, la escuela, potencialmente la misma arma en contra de los ideales capitalistas que desean la creación de los “sujetos adaptables” que menciona Hilda Taba, como aquellos que puedes adecuarse al medio impuesto por los grandes poderes.

Si la escuela logra reducir los efectos de este currículum oculto que intenta alejarnos de la libertad de decisión, llegara al ideal de “sujeto autónomos” capas de observar de manera crítica para poder llegar a decidir de manera personal sobre sus acciones.