DESIGUALDAD

jueves, 1 de julio de 2010
Muchos dicen que han cumplido con su deber, 
y a mí, me da mucho gusto no haber cumplido 
ni con la mínima parte de él, para desgracia o 
fortuna de esta patria"
Carlos Monsiváis 

Por:
Yaroslav Leal Gallegos
Baruc Marcos Magaña González

La desigualdad en México es un problema que surge desde los tiempos en que este territorio acogía a las grandes civilizaciones en la época prehispánica. Es evidente, en las interpretaciones que realizan los antropólogos e historiadores respecto a aquellos momentos, que la vida de un gobernante, sacerdote o guerrero privilegiado era muy diferente a la de los personajes que desarrollaban su labor en el campo. Sobre todo, en aquellos tiempos había una gran desigualdad entre los géneros, como lo dice Eduardo del Rio “en la sociedad azteca la mujer no valía nada”.

En la época de la colonia sin duda la desigualdad empeoró. Con los españoles en la sima social, quienes tenían todos los derechos incluso una gran gama de privilegios. Por otro lado  la sociedad dejaba en la profundidad de la escala social a los esclavos.

En un texto de de Fray Antonio de San Miguel hace mención de tres clases sociales: los blancos o españoles, las castas y los indios. Describe sus roles y la forma en que la soberbia de los blancos y la “envidia” de los indios generaba roces y conflictos.

La desigualdad ha seguido y por ello los conflictos que genera también.

A pesar de que tuvimos una guerra de independencia en la cual Miguel Hidalgo decretó la devolución de las tierras a los indígenas para su trabajo. Posteriormente la reforma Juarista  que quitaba privilegios al clero y hace 100 años una “revolución” para reivindicar los derechos de campesinos y trabajadores (entre otros de los fines que buscaba). La desigualdad nos persigue y nos envuelve hasta nuestros días.

La desigualdad en nuestra sociedad es tan evidente y la tenemos tan constantemente presente que parece haberse vuelto una costumbre. México es un país todos nacemos acostumbrados a la desigualdad, cosa que es lamentable.

Es por esto es que este trabajo cobra importancia, al intentar ser el motivo de una reflexión sobre el problema que por, tan presente, puede llegar a ser visto con naturalidad.

Aunque la desigualdad puede ser vista desde casi cualquier punto de vista este trabajo plantea cuatro ejes de análisis de la desigualdad: economía, alimentación, salud y educación. El primero por ser el detonador de todos los demás posibles aspectos de la desigualdad (desigualdad de derechos, desigualdad política, cultural, tecnológica, etc.), las otras tres por representar necesidades básicas.

DESIGUALDAD ECONÓMICA


La desigualdad económica en México es muy evidente, basta con pararse un momento en una en cualquier esquina de cualquier ciudad o en alguna plaza para poder ver la forma en que convive la pobreza de un país en el que más de la mitad de su población vive en pobreza junto a la riqueza en la que un puñado de familias concentran la riqueza del país.

Este es un país en el que la hay entre 50 y 80 millones de pobres, según la encuesta consultada (cabe recalcar que en ninguna de las dos cifras es pequeña) la desigualdad nos permite darnos el lujo de tener al hombre más rico del mundo en el 2010, según la revista Forbes, quien estimó su fortuna en 53 500 millones de  dólares.

Es esta gran desigualdad existente en México el detonador (en gran parte) de la grabe  descomposición social existente y creciente en los últimos años.

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares realizada en 2008 (la más reciente) por el INEGI en 26 735 596 hogares reveló que el 60% de los hogares, los más pobres, concentran el 26.7% del ingreso total y el 10% más ricos el 36.3%.

Por más desigual que nos parezcan estos datos, sabemos que la realidad es aún peor, debido a que, tanto en el porcentaje que se refiere a los hogares más pobres como en el que representa a los más ricos, la desigualdad es piramidal. Es decir, dentro del 10% de los hogares más ricos existen un pequeño grupo que es mucho más rico que el resto, al igual que en el 60% de los hogares más pobres existe una gran diferencia entre los ingresos del primero decil más pobre que el del sexto decil.

Otro dato que muestra la ENIGH 2008  es el ingreso trimestral por deciles, en la cual el primer decil recibe un ingreso $6 116 mientras que el decimo decil $133 048. Esta es una encuesta un poco más reveladora. Sin embargo es bien sabido que el salario de los jueces de de la suprema corte o de los consejeros del IFE (por mencionar algunos funcionarios)  es superior al promedio del decil X, mientras por otra parte existe gran cantidad de mexicanos que no cuenta con ingreso alguno, que vive de su trabajo diario y que en la escasez del trabajo recure a la recolección de plantas comestibles en zonas rurales o a la cacería de animales silvestres.

En este país de desigualdad el gobierno implementa programas sociales que intentas mejorar las condiciones de vida de los sectores más pobres. Pero esta estrategia no ha resultado productiva. Es necesaria la implementación de un plan que evite las condiciones que generan y empeoran la pobreza, al tiempo retirar privilegios fiscales y legales que han permitido la grosera concentración de la riqueza por parte de un puñado de mexicanos.

 DESIGUALDAD EN EL ACCESO A LA SALUD

La revolución mexicana busco como propósito una mejor calidad de vida para los menos favorecidos y una mejor distribución de la riqueza; posteriormente a la revolución los gobiernos retomaron a la justicia social como parte sus objetivos a seguir y se dedicaron por años a combatir las enormes desigualdades que existían en nuestro país.

Dentro de los rezagos sociales la salud cobró conforme pasaba el tiempo un lugar más relevante en las políticas sociales que se promovían ya por el moderno Estado Mexicano.

El servicio social a las comunidades rurales en los años treinta; el surgimiento y la consolidación de la seguridad social en las décadas de los cuarenta y cincuenta (S. XX); la puesta en marcha de programa nacionales de vacunación y control contra enfermedades transmisibles, son algunos de los logros que tuvieron las políticas de salud bajo el impulso que dio la etapa de crecimiento y consolidación del sistema económico mexicano durante el periodo del llamado “milagro mexicano” o desarrollo estabilizador.

Pero en los años ochentas con la caída del precio del petróleo y las altas tasas de interés, aunado al crecimiento desmedido del endeudamiento agravaron el conflicto de la deuda externa.  Lo que marco la imposibilidad de poder seguir avanzando con esta reforma de seguridad social y de salud para los menos favorecidos en la sociedad mexicana.

Dentro de este contexto se puede considerar que hubo un destello de esperanza para los más pobres y tener la posibilidad de acceder a seguridad en cuestión de salud; ya que en nuestra actualidad ya casi por terminar la primera década del S. XXI se ve muy marcada la desigualdad en salud: Atención, Servicio, Infraestructura, prevención, etc.

Estos últimos puntos se pueden ver de forma muy marcada en el servicio público donde se pueden encontrar desde malos tratos hasta insultos simplemente por el vestir o ser.

En cuestión de la prevención la Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que: "un mejor uso de las medidas preventivas existentes podría reducir la carga global de enfermedades hasta en un 70%".

A nivel nacional, los resultados de salud infantil en México han mejorado significativamente en el último siglo. Por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil bajó de 178 por 1,000 nacidos vivos en 1930 a aproximadamente 20 por mil nacidos vivos en 2003.

Sin embargo, aún persiste una desigualdad importante a lo largo de los estados y en particular entre las localidades en México. Se establece que la tasa de mortalidad infantil en 1990-1996 fue de 22 por 1,000 nacidos vivos en los municipios de baja marginalidad y de 39 en los municipios de alta marginalidad; asimismo, la probabilidad de morir antes de un año era casi el doble de alta en los municipios de alta marginalidad en comparación con los municipios de baja mortalidad.

La reducción de la desigualdad en salud requerirá el crear y llevar a cabo acciones de desarrollo social y de la puesta en práctica de nuevas formas de organización y administración de los recursos asignados al sector salud.

DESIGUALDAD EN LA EDUCACIÓN

La educación, uno de los ejes del progreso de todas las sociedades, presenta una gran desigualdad en nuestro país (al igual que en todo el mundo). Esta desigualdad educativa puede ser vista desde varios rubros: acceso-permanencia-eficiencia terminal, recursos económicos, tipo de educación (entre otros).

Oficialmente durante mucho tiempo, gran parte de las mediciones y acciones encaminadas al mejoramiento del rubro educativo en el país, tenían que ver con la intención de mejorar la posibilidad del acceso a las instituciones educativas. Posteriormente la eficiencia terminal y la continuación de estudios hasta el término de la educación básica, era la preocupación de los dirigentes de la educación nacional. Actualmente nos “venden” una preocupación por la mejora de la “calidad” calidad de la educación que reciben los estudiantes de la educación básica los alumnos de escuelas públicas.

Sin embargo la desigualdad educativa poco preocupa (a los encargados de dirisgir la educación pública). Las becas, enciclomedia, escuelas de calidad, y reformas como las “Alianza (¿de quién?) por la Calidad de la Educación y otros programas educativos no son suficientes para resolver la desigualdad en la educación.

El problema estriba en la finalidad que tiene la educación pública, que es la preparación del sujeto para incorporarse al las zonas más bajas del sistema productivo.

Los procesos de certificación de las universidades públicas como la UMSNH tienen un trasfondo que en parte está ligado con lo antes mencionado.

Las escuelas públicas poco pueden hacer para cambiar esto ya que los recursos están condicionados a las certificaciones y evaluaciones de la “calidad de la educación”.

CONCLUSIONES

De acuerdo a lo anterior podemos hacer mención que la desigualdad es con lo que vivimos a diario dentro de nuestras relaciones sociales y conforme pasa el tiempo parece que se concibe como parte natural de la vida.

Dentro de la educación se encuentra un gran desafío en formar conciencias capaces de enfrentar nuestra realidad, ya que en nuestra actualidad se percibe que se disfruta del sufrimiento humano y los menos favorecidos son ignorados.

Dentro de los retos del quehacer docente es de formar mentes capaces de creatividad y espiritualidad como eje central e ir teniendo esperanzas en una sociedad en crisis, ya que, la desigualdad es un problema añejo y con un futuro muy largo.